El estrógeno y el progestágeno trabajan conjuntamente para inhibir la ovulación, es decir, evitan que los ovarios liberen un óvulo. Además, estos anticonceptivos aumentan la viscosidad del moco cervical, dificultando el paso de los espermatozoides, y alteran el revestimiento del útero, impidiendo la implantación de un óvulo fertilizado.
Los anticonceptivos que combinan estrógenos y progesteronas funcionan principalmente al prevenir la ovulación, es decir, evitan que los ovarios liberen óvulos. Además, estos medicamentos engrosan el moco cervical, dificultando el paso de los espermatozoides hacia el útero, y adelgazan el revestimiento del útero, lo que reduce la probabilidad de implantación de un óvulo fertilizado. Estas acciones combinadas hacen que los anticonceptivos hormonales sean altamente efectivos para prevenir el embarazo.
Algunos efectos secundarios son:
Efectos secundarios graves menos comunes:
Informe a su médico, proveedor de salud o farmacéutico si usted:
Los anticonceptivos basados en estrógenos y progesteronas representan una opción eficaz y ampliamente utilizada para la planificación familiar. Estos medicamentos no solo previenen el embarazo de manera confiable, sino que también ofrecen beneficios adicionales, como la regulación del ciclo menstrual y la reducción de síntomas premenstruales. Sin embargo, es fundamental que su uso sea supervisado por un profesional de la salud para asegurar su adecuación a las necesidades individuales y minimizar posibles efectos secundarios. Con el asesoramiento adecuado, estos anticonceptivos pueden contribuir significativamente al bienestar y al control reproductivo de las personas que los eligen.